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Vuelve el FMI, ¿se viene el ajuste?

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    Admin
  • 9 may 2018
  • 6 Min. de lectura

  • El retorno de un organismo usurero

  • El camino trazado hasta llegar acá

  • ¿Qué queda por delante?

"La única razón por la cual un gobierno hace un ajuste es porque algo estaba previamente desajustado"


La vuelta de Argentina al FMI es una muestra de que este gobierno nos lleva al pasado, no al futuro” y “Al pueblo el ajuste y represión” son algunas de las muchas frases que escuché a políticos oportunistas y demagogos, o incluso ignorantes, decir en los últimos días referidas a la flamante negociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo más llamativo es que aquellos que critican el pacto, nunca se animan a explicar qué es lo que harían ellos en el lugar del gobierno, porque fueron ellos los que nos dejaron en una situación económica muy complicada.

De dónde venimos

El gobierno de Macri cometió muchos errores a lo largo de los más de 2 años que lleva de gestión, de los cuales voy a hablar más adelante, el primero de ellos fue el 10 de diciembre de 2015: No contar la herencia que recibió: un PAÍS QUEBRADO.

El kirchnersimo había entrado en un laberinto del que nunca intentó salir. Un sendero que, sin lugar a dudas, nos llevaba a una crisis hiperinflacionaria más temprano que tarde.

Sin entender eso, va a ser muy difícil poder explicar por qué llegamos a esta situación.

Por eso, voy a empezar nombrando los desequilibrios más importantes que recibió:

• La economía decreció en términos per cápita 2% desde 2012. • Déficit fiscal de 7% del PIB. • Inflación de 26,9% de acuerdo a IPCBA. • Default. • Déficit comercial que ascendía a US$ 1.100 millones a pesar de las trabas a las importaciones, por ejemplo, las licencias no automáticas. • Cepo cambiario. • Brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo: el tipo de cambio nominal oficial cotizaba a $ 9,50 y el “blue” a $ 15. • El tipo de cambio real, es decir, aquel que mide el poder adquisitivo de una canasta de bienes en dos países, estaba completamente apreciado (a niveles de enero de 2001). • Las reservas internacional brutas del BCRA totalizaban US$ 25.000 millones. Sin embargo, si descontamos los pasivos de corto plazo, las RRII eran nulas. • Tarifas retrasadas: el precio de la energía, del gas, del transporte y otros servicios públicos habían subido poco, o incluso nada, en los 12 años. • Infraestructura obsoleta. • Y más…

Si una situación así no es estar quebrado, ¿qué es?

Lo único positivo que dejó el kirchnerismo era una deuda externa baja (20% del PBI), lo que permitía endeudarse con el resto del mundo.

Desarmando la bomba de tiempo

Cuando asumió la nueva administración, lo primero que hizo fue sacar el cepo cambiario y sincerar el valor del dólar. La muy acertada medida generó tanta confianza entre los inversores que el tipo de cambio bajó hasta $ 13.

Las dos consecuencias de este movimiento fue la aceleración de la inflación, que alcanzó una tasa de 40% anual, y la mejora en el resultado comercial que pasó del déficit de 2015 a un superávit de US$ 2.128 millones en el 2016.

Sin embargo, semanas después comenzó a subir nuevamente hasta alcanzar los $ 16. Debido a la falta de reservas internacionales, el BCRA subió la tasa de interés hasta 38% anual, reduciendo el valor del dólar hasta $ 14.

La suba de la tasa de política monetaria desincentivó el consumo, generando una recesión y caída del PBI de 2,1% en 2016.

Si devaluaba para ganar competitividad, aceleraba la inflación. Si bajaba la inflación, generaba recesión. Cada vez que el gobierno intentaba arreglar una variable, deterioraba otra.

Como tenía déficit fiscal y no podía hacer el ajuste debido a la restricción social, tomaba créditos baratos (hasta 5% anual) en los mercados internacionales a los que podía acudir por el bajo nivel de deuda legado.

A partir de 2017, la economía empezó a mejorar y la inflación a ceder.

2018: año de errores propios y desfortunas

Cuando el viento es fuerte y sopla a tu favor, te hará volar a través de las olas en pos de tu objetivo”.

El modelo de crecimiento solo era posible porque el mundo financiaba los desajustes económicos del país.

Sin embargo, contrario a lo que desde el gobierno pensaban, partir de diciembre hubo una combinación de factores internos y externos que ralentizaron el proceso de crecimiento.

Desde el sector externo, comenzó un proceso gradual de suba de la tasa de interés del bono del tesoro. El rendimiento de un título de USA a 10 años pasó de 2% a 3% anual, por lo cual, ante el mismo interés local, los inversores prefirieron invertir en Estados Unidos, demandando dólares para sacarlos del país.

Además, en el frente interno, existieron graves errores de política:

1) El 28D, o sea, la conferencia de prensa que compartieron Peña, Dujovne, Caputo Y Sturzenegger: el BCRA subió la meta de inflación y bajó la tasa de interés. Pero en la práctica fue visto como la pérdida de independencia de la entidad monetaria. Algo que en el mundo está mal visto porque es un método populista.

2) Se aplicó el impuesto a la renta financiera para inversores externos básicamente le redujiste el rendimiento de los bonos argentinos a los extranjeros y fugaron las divisas hacia países menos riesgosos.

3) Ralentizaste la suba de tarifas también por pedido de la oposición.

4) Tardaron más de un mes para aprobar la ley de mercado de capitales, requisito indispensable para clasificar como economía emergente.

La consecuencia: el riesgo país empezó a subir y se generó una corrida cambiaria.

Cuando hay una corrida, lo primero que tenés que hacer es frenarla. Para eso el BCRA tiene que tomar medidas contundentes que le confirmen al mercado que va a pelear por mantener el tipo de cambio, subió la tasa 12,75% y vendió más de US$5.000 millones de reservas.

Con las medidas, el BCRA frenó la corrida, pero los problemas de la macro no terminan ahí. Seguís teniendo atraso cambiario, déficit de cuenta corriente, atraso tarifario, etc...

Para que las medidas monetarias sean sostenibles en el tiempo deberían ser acompañadas por una reforma fiscal relevante. El Gobierno Nacional tendría que anunciar un ajuste del gasto público mucho más ambicioso y realista y no volver a caer en la tentación de un gradualismo casi nulo.

Espero que esta haya sido una lección para la dirigencia política: si no realiza el ajuste necesario, el mercado lo hace de una manera más abrupta y dura.

Vino el FMI ¿Y ahora?

Ya está. Estamos en el presente, el Gobierno ya empezó a negociar con el Fondo Monetario Internacional, una de las instituciones internacionales más odiadas, por un préstamo al 4% anual.

¿Por qué lo hizo? No me cabe la menor duda que era la opción que menos le gustaba a Macri, la pérdida de popularidad e imagen por acudir al organismo es enorme.

Por si no lo hace, ¿cómo financia las cuentas públicas?, ¿cómo convence a los mercados que el país es solvente?, ¿cómo evita que el mercado sea quien ajuste, generando una devaluación de los salarios del 50% como en el 2002 en unos días?

¿Qué otra opción hay?

1) Más inflación.

2) Emitir deuda en los mercados financiero a una tasa del 8% anual, pagando 4% anual más que el crédito del FMI.

3) AJUSTAR. Bajar el gasto público, jubilaciones, pensiones, echar empleados y reducir la obra pública.

QUIEN TE DICE LO CONTRARIO, TE MIENTE. No hay otra salida al laberinto en el que está la economía argentina.


La realidad es que un ajuste de las cuentas públicas es necesario. El déficit fiscal no puede existir por tiempo indefinido porque quienes nos prestan dejarán de hacerlo cuando crean que no podremos pagar.


La diferencia es hacer un ajuste de shock, como fue en el 2002, con una caída del poder adquisitivo del salario de 40%, o hacerlo de manera gradual.


El Gobierno Nacional, muy acertadamente, tomó la segunda opción, pero hoy necesita del FMI para hacerlo.


Es momento de apoyar más que criticar, el futuro del país depende de la efectividad de este plan económico.


Sí te gustó el artículo, compartilo. Cualquier pregunta que tengas, podés hacerla a ronipeker@gmail.com.

Roni Peker

ASPECTOS LEGALES La información brindada no sugiere, ni implica y no debe ser interpretada, de ninguna manera, como una garantía de rendimiento futuro y/o consejo de inversión. El rendimiento pasado no garantiza resultados futuros. Por lo tanto, ningún cliente actual o potencial debe asumir que el comportamiento futuro de cualquier inversión específica o estrategia de inversión será igual de rentable que los niveles de desempeño indicados. Los rendimientos son históricos y basados en datos que se consideran precisos y confiables. Los diferentes tipos de inversiones implican diversos grados de riesgo, y no puede haber ninguna garantía de que una inversión específica será conveniente o rentable para un cliente o potencial cliente.

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